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Cobertura universal de salud y salud oral

 

Que la población mundial tenga una cobertura universal de salud, es un tema que se ha difundido en todos los países desde hace varias décadas (Balasubramanian M. 2018). Sin embargo, a pesar que organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud promueven la cobertura universal de salud (Peterson PE. 2007), estas propuestas no consideran la salud oral (Fisher J. 2018). Recientemente, varias publicaciones científicas de investigadores vinculados al mundo de la odontología nos señalan la necesidad de que la salud oral se incorpore en la propuesta de la cobertura universal en salud y por tanto es imprescindible trabajar en fortalecer este aspecto sanitario (Fisher J. 2018, Seeberger GK. 2019, Balaji SM. 2017).

 

 

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Existe en el Mundo una alta carga de daño producido por enfermedades orales. Lamentablemente, la carga de daño y la prevalencia de las enfermedades orales no solo no ha disminuido, si no que ha seguido aumentando sostenidamente con los años, la mitad de la población mundial sufre las consecuencias de estas enfermedades no tratadas, lo que afecta seriamente el rendimiento escolar de los niños y la productividad laboral de los adultos, con un aumento en el 40% de la prevalencia desde 1990 y llegando a 3.5 billones de personas afectadas en el 2015 (Kassebaum et al. 2017). Las caries no tratadas en dientes permanentes afectan a 2.5 billones de personas; la caries no tratada en los dientes temporales afecta a 573 millones de niños y la enfermedad periodontal severa afecta a 538 millones de personas, con 276 millones de personas que tienen pérdida total de dientes en todo el mundo (Kassebaum et al. 2017). Es relevante destacar que las enfermedades orales comparten factores de riesgo y han sido asociadas con múltiples enfermedades crónicas no transmisibles, por lo que la intervención para controlarlas podría tener como externalidad positiva efectos benéficos en el control de las complicaciones asociadas a otras patologías (Rawal I et al. 2019; Lee JH et al. 2017)

 

Lamentablemente, Chile no está ajeno al daño producido por las enfermedades orales, que producen una disminución en la calidad de vida de los(as) chilenos(as)

 

En la primera Encuesta Nacional de Salud realizada en Chile, año 2003, se observó que solo el 28% de la población tenía dentadura completa (28 dientes). En los menores de 25 años solo el 62% tenía todos sus dientes, cifra que disminuye dramáticamente en los adultos >64 años a solo el 0.7% (ENS 2003). La misma encuesta nos muestra que el 66% de las personas tenían caries dentales (70% de los hombres y 63% de las mujeres), en promedio la población presentaban 2.5 dientes cavitados por caries y el 25% de la población usaba prótesis dental en reemplazo de sus dientes perdidos (30% de las mujeres, 19% de los hombres) (ENS 2003).

 

En el primer estudio nacional de salud oral publicado el año 2010, se demuestra que la población adulta que tiene destrucción del periodonto -tejido conectivo que permite la inserción y estabilidad del diente en el tejido óseo- de 4mm es del 93.5% en el grupo etario 35-44 años, con casi al 100% de la población afectada entre 65-74 años, esta condición determina si no es tratada a tiempo, la pérdida de los dientes con todos los problemas que esto conlleva (Gamonal et al., 2010). Por otra parte la caries dental en la población adulta mayor afecta al 100% de las personas (Arteaga y cols. 2009). En promedio, son 16 los dientes perdidos en este grupo etario, con una cantidad de desdentados totales que bordea el 25% de la población (Gamonal et al., 2010), y con un 96.5% de población adulta con inflamación del tejido gingival que circunscribe los dientes 0.5 (Carvajal y col. 2016).

 

En la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 (MINSAL 2018), la presencia de caries cavitada, afecta al 59.6% y al 57.2% de la población en edad de 45-64 y 65 y más años, respectivamente y el 27% de la población chilena tiene dentición no funcional, es decir presencia de menos de 20 dientes en boca. Se muestra también que más de dos tercios de la población con edades entre 45-64 años tiene una regular y mala o muy mala percepción de su salud oral, donde en la población con menos de 8 años de escolaridad, el 30% percibe que su salud oral es mala o muy mala (MINSAL 2018). La cantidad de chilenos adultos sin dientes son un reflejo del daño producido por la alta prevalencia, severidad y extensión de las enfermedades periodontales y caries dental, además el número de dientes con lesiones de caries  no tratada está directamente asociado con una disminución en la calidad de vida de la población (Espinoza y col. 2013).

 

Comentario final

 

Nuestras observaciones tienen que ver con establecer las bases, los argumentos y las definiciones que nos permitan establecer en Chile, la necesidad de incorporar a la salud oral en las propuestas de la cobertura universal, y por tanto establecer la imperiosa necesidad de trabajar esta propuesta, en la perspectiva que los cambios inminentes de la atención de la salud oral brindarán una amplia oportunidad para que los encargados de la formulación de políticas públicas y para que los investigadores en los temas odontológicos revisen sus prioridades, estableciendo en nuevas metodologías de trabajo.

 

Abril 2020